sábado, noviembre 24, 2018

Y POR FIN… ¿VA A CAER?



Y POR FIN… ¿VA A CAER?
Agustín Blanco Muñoz

La destemplada y necia canción data de las marchas del 2002: Y este gobierno va a caer…  Y hoy aunque no haya marchas ni cantos se dice que va a caer porque no habrá juramentación del 10E-19. Y al preguntar cómo ocurrirá, se dice que puede venir una invasión, un golpe militar o un levantamiento popular. Y hay quien agrega que Maduro podría renunciar, en medio de una negociación que incluiría parte de las oposiciones y descontentos de su partido, para darle paso a una transición.

En realidad, en 20 años esta revolución ha marchado “a paso de vencedores”, sin nadie que la detenga. Y la mayor parte de las oposiciones no han ido ni irán más allá de aquello que les acerque  a los beneficios. De allí el diálogo, lo electoral, la transacción o negociado que pueda adelantarse “por el bien de la patria”. Se asume así una constante de esta historia: el acomodo y reacomodo en nuestra máxima institución: la complicidad.

La teoría señala que  en el socialismo -transición al comunismo- la clase explotada al ejercer  su dictadura impide el predominio de la burguesía y su Estado. Pero no es verdad que “los de abajo”, en lucha de clases, en alguna parte hayan tomado el poder. La vieja dominación prosigue, con otras manos y discurso. Y cualquier anuncio de cambio histórico es mera aspiración.

La revolución socialista, en su práctica, desde 1848 a hoy no ha beneficiado al proletariado sino a la burocracia, cada vez más corrupta e inescrupulosa.

Por ello el gran capital conserva sus privilegio, mientras el hambre de la pobreza  ya incluye la casi totalidad de la clase media. Y es absurdo decir que “la derecha  no volverá” ¿Cómo volver si no se han ido?

Vivimos la continuación o extensión del punto-fijismo. Y gobiernan unos herederos que llegaron a esta posición en compañía de Rafael Caldera (el último sobreviviente del Pacto de octubre de 1958), y sus notables. El MVR-PSUV hasta el 2006 jugó a la democracia.

Desde ese momento realiza una revolución socialista-comunista. Una práctica degradada y distante -como todas- de los planteamientos de Marx y Engels. ¿Cómo y qué deslindar entre  una  izquierda revolucionaria y una derecha contrarrevolucionaria supuestamente enfrentadas en forma radical?

Entonces Sancho, ¡no puede caer un gobierno con poderes bien comprados y que cuenta, además, con el respeto y apoyo irrestricto de muchos acordados adversarios!

@ablancomunoz
abm333@gmail.com
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25 de noviembre del 2018

2 comentarios:

Unknown dijo...

Qué preciso profesor! Más claro imposible! Que buen artículo!
Cómo tomaremos conciencia de clase si estamos bailando al son que nos toca el capital? 🤔

Unknown dijo...

Muy bueno.