La revolución se vendió como una manera de alcanzar el cambio radical de la sociedad, a traves de nuevas relaciones y modo de producción. Para lograrlo habia que avanzar por medio de la ‘violencia revolucionaria’, a un exterminio capaz de liquidar las fuerzas contrarias. En el camino quedaron millones de cadáveres. A la larga no se alcanzó una realidad esencialmente diferente. El llamado socialismo terminó en las redes del capital-mercado-propiedad. Y de esto puede hablar en voz alta cualquiera de las ex-potencias “real-socialistas” y sobre todo las cúpulas que recibieron a la larga los beneficios de los sacrificios y crímenes acometidos en nombre de la libertad y la igualdad.
TIEMPOS DE LIQUIDACION
Atrás quedó el llamado mundo bipolar que presentaba como grandes actores al capitalismo y al socialismo. A la larga quedaron sepultadas las llamadas banderas de la libertad, que había enarbolado el gran contingente que creyó vivir en un régimen diferente. Pero el exterminio siguió gozando de la mejor salud. Tal vez vivimos una de las horas de mayor liquidación de lo que hasta el presente se ha tenido como humanidad. Sobre esta especie cae cada vez con mayor fuerza una extendida y vertiginosa condena a muerte.
El exterminio que se produce hoy en este expaís tiene las proporciones que corresponden a las grandes obras de y para la liquidación. Aquí está presente el esquema autoritario-dictatorial que se nutre de los aportes del totali-fascismo. De allí que crezca la prédica que acompaña a una acción para el establecimiento de controles sociales más orgánicos y contundentes. Esto se adecua perfectamente a las experiencias que ven en la libertad de pensamiento o en la expresión del voto libre y democrático manifestaciones contrarias a un orden establecido sobre la base del control, el temor-miedo y la consecuente pérdida de la voluntad para actuar por cuenta propia.
¿HOMBRE NUEVO Y SANGRE VIEJA?
Este es el producto de la aplicación de una maquinaria que comienza a la más tierna edad para terminar formando la figura propia de una política, un proyecto. Es el tantas veces señalado hombre nuevo, que en ningún caso ha ido más allá de la nombradía-denominación, por más y que se diga que el símbolo quedó establecido en la figura legendaria de Ernesto ‘Che’ Guevara. Porque ¿quién que tenga las manos manchadas de sangre o con las huellas de las torturas puede presentarse como hombre con un código de valores distintos a los tradicionales? ¿Puede la burocracia, los asaltantes y ladrones de un “proceso revolucionario” ser tomados en cuenta y tenidos como hombres nuevos?
AGENTES DEL Y PARA EL PASADO
En la Venezuela actual no existe ese tal hombre nuevo, ni proyectos e ideas nuevos. En lo político tenemos la mejor demostración. Contamos con un régimen presidido por ‘líderes’ del pasado y el atraso, formados a la luz de una obra revolucionaria clásica que tiene como primer título El Oráculo del Guerrero y como refuerzo Doña Bárbara y las Obras Completas de Ezequiel Zamora. Por esta vía estaremos siempre más distantes de la posibilidad de referir algún tipo de novedad. Seremos solo agentes del y para el pasado.
Esto tiene significativa importancia en el actual cuadro histórico. Porque este régimen conduce a lo que queda de Venezuela como país-nación, hacia el más profundo estado de agotamiento y destrucción. Por ello hemos dicho que esto nada tiene que ver con revolución sino con destrucción. Algo que no se agota en el momento que se produce sino que deja instalado su efecto para que sea cosechado por la gente del futuro. Es la herencia que hoy dejamos para la construcción de la otra Venezuela.
EL ESTADO DELINCUENTE
Cuando nos colocamos ante el escenario del asesinato diario de lo que el orden vigente califica como ‘antisociales’ no se puede menos que advertir que estamos en presencia de una legión de criminales que hacen de ese proceder su más alto valor. De allí que para nada se busque el pretexto-explicación de que se actúa en nombre de un mundo mejor. Se trata de ‘acciones’ destinadas a librar la sociedad de ‘indeseables’. Y hacia ellos apuntan los escuadrones de la muerte: a los hambrientos y desamparados, que terminan en lo que se califica como delincuentes. En realidad, estamos ante un Estado Delincuente que carece de políticas para enfrentar los viejos y nuevos males que azotan esta sociedad. Y por ello, la ‘revolución’ rompe todas las estadísticas: mas de 10 mil muertos anuales, más de un fallecido cada hora por razones violentas.
DESCOMPOSICIÓN Y COMPLICIDAD
Y en la casi totalidad de los estados está establecida la práctica de la liquidación-exterminio de “sujetos” calificados como ‘irrecuperables’. Y se trata de matar a sabiendas que hay el más pleno respaldo a estas acciones. Es tal la descomposición y la complicidad que a la hora de condenar el asesinato de 138 campesinos acribillados, según su testimonio, por terratenientes, el VP Rangel apela al expediente de la lucha contra la impunidad y por el reestablecimiento del Estado de Derecho (UR, 11/07/05). Esto quiere decir que el propio gobierno materialmente se queja del estado de indefensión en que se encuentra.
EXTERMINIOS SIN RESPONSABLES
Alarma ver a un gobierno pidiendo que venga alquien a acabar con la impunidad reinante, que ha hecho posible que no se haya establecido la responsabilidad-autoria en los tantos muertos afectos a la ‘causa revolucionaria’. Mucho menos de los producidos por las ‘fuerzas de la revolucion’. Esto quiere decir que el exterminio se establece como práctica que no deja responsables, en ninguno de los casos. Y de esta materia saben, y demasiado, la casi totalidad de nuestras gobernaciones y demás centros de asesinatos.
Y esto se junta al desgaste y destrucción que genera la polarización y consecuentes enfrentamientos. Todo está dispuesto para que crezca la política de guerra que conduzca hacia la creación de una ‘nueva sociedad’. Pero la realidad nos afirma lo contrario. Las ‘cúpulas podridas’ mataron 40 años y tienen un registro de muchos miles de crímenes. Este proceso de destrucción no ha hecho sino profundizar ese expediente y hacer del exterminio un abanderado de lujo.
DESTRUCCION Y MANIPULACION
Por ello sostenemos que este Estado Delincuente sólo funciona a partir de la aplicación de la fórmula destrucción-manipulación-control. Hoy estamos ante la coyuntura de llevar al colectivo otra vez a las urnas de la humillación electoral y a la ampliación del pasado fraude. Frente a la acción de un proyecto que aplica el exterminio a la propia voluntad de la gente, se hará lo establecido: llevar a la gente al espectáculo electoral que es consustancial a la ‘democracia’ que se define y determina por el voto. A mayor consulta electoral más y mejor democracia. El proceso de destrucción ha ido demasiado lejos y cuenta con el aval del voto. Es la mayoría afirmando de manera inequívoca su posición ante la ‘democracia revolucionaria’.
EL MIEDO A LA ABSTENCION
Pero a la fecha se plantea un problema de proporciones importantes: mucha gente, sin atender a lineamientos de grupos o partidos políticos, al margen de líneas e imposiciones y como reacción a lo vivido a la hora del Referendo Revocatorio Presidencial, decidió no ir a votar. El mensaje es muy claro. Es gente que no cree en elecciones ni en democracia, mientras el asesinato sea el primer actor de esta historia basada en el modo de producción de la muerte y la desesperanza. Se trata en todo caso, de desechar todo tipo de exterminio, cualquiera sea su autoría, contenido y proyección.
DESLEGITIMAR LO ILEGITIMO
Y no se trata de hacer una apología a la abstención. En principio esta no es una política de acción creadora sino un recurso mediante el cual se le quita a los llamados regímenes democráticos la base y fundamento de su acción. Pero es de advertir que de nada sirve este instrumento sino está acompañado de una politica distintas a la que ha prevalecido hasta el presente. Porque no se puede perder de vista que el centro del problema no reside en votar o no votar sino en la determinación del camino a seguir para lograr una fórmula que permita salir de la actual crisis.
¿TRANSFORMAR LO NEGATIVO EN POSITIVO?
Al salir de Yare, y ante el proceso electoral que se avecinaba, el GP afirmo: “La abstención tiene para nosotros el signo de la muerte para el viejo régimen. Es otro 4 de febrero en otra dimensión. El esfuerzo de capitalizar la abstención de manera positiva, es el otro signo que asumimos, porque sabemos que entre los millones de votantes hay mucha gente, dispuesta a apoyarnos. Este es el reto de transformar lo negativo en lo positivo (Ibíd.,303-04)”. ¿Servirán sus palabras para definir este momento? Porque si la via electoral, tomada y controlada por el Estado Delincuente, queda clausurada, ¿que caminos quedarán? ¿Nos obligarán a recorrer el camino de la violencia llamada revolucionaria para que el exterminio deje en el camino a miles y miles de venecubanos? ¿Es eso lo que desgraciadamente nos espera? ¿O crearemos otras vias para librarnos de este designio-exterminador? abm333@gmail.com
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