jueves, noviembre 22, 2007

LA ESTÚPIDA ABSTENCIÓN


Si no vas a votar eres un estúpido. Lo único válido es votar por el No e impulsar a los demás a que lo hagan. Es la moda del momento. Ya no se trata siquiera de votar, ganar y cobrar como en diciembre del 06. Ahora es votar para impedir la imposición constitucional con la cual quieren implantar el socialismo positivista del siglo XXI.

Y si no votas pasarás a engrosar la lista de los grandes culpables de la tragedia que vive Venezuela. La de quienes no se abstuvieron en 1998 y contribuyeron al triunfo del JU y que luego, al convertirse en abstencionistas son igualmente culpables de sus triunfos. De manera que el gran enemigo es la abstención

Pero todos estos señalamientos se vuelven polvo cuando se saca a relucir el caso del 04D-05. Se decide colectiva y espontáneamente no concurrir al ‘pasquín electoral’ y la cifra de abstención alcanzó alrededor del 85%.

Entonces dejó de votar lo que genéricamente se llama ‘sociedad civil’, a la que se sumó ‘la sociedad política’, los partidos de ‘las oposiciones’. Las cifras oficiales de esta alarmante abstención aún no han sido publicadas por el CNE.

Este es un evento que muchos quisieran tapar porque se convirtió en un enemigo que acusa. En ese momento el colectivo decidió no contribuir más con el fraude electoral permanente montado en este expaís, no avalar otra experiencia como la padecida el 15Ag.-04 cuando Chávez recibe la gran legitimación después de haber pasado por la más profunda crisis.

Y ante la contundencia de la decisión colectiva y rotas las posibilidades de un acuerdo-negociación con el régimen, ‘las oposiciones’ se vieron obligadas a acompañar al abstencionismo de la sociedad civil.

Pero una vez que se produce tan imponente resultado, todo el aparato político-institucional entiende que ha surgido un enemigo que debe ser combatido en forma terminante y radical. Porque si una abstención de esta naturaleza se hace permanente, materialmente acaba con el instrumento fundamental del ‘juego democrático’.

Y los factores o intereses que tienen que ver con el poder entienden que se les arrebata el mecanismo mediante el cual pueden llegar a obtener los propios comandos de la sociedad y con ello los beneficios que se derivan de esta acción.

De modo que la abstención se vuelve enemigo principal para ‘los oficialismos’ y ‘las oposiciones’. Se trata de no perder el instrumento base de control político que permite incluso hacerle creer al soberano que es quien todo lo decide a través del voto universal, directo y secreto.
Unas estructuras políticas que para el JU no son más que “un instrumento para el fin supremo de la revolución” (JU, Instal. Círc. Bolivarianos, dic 2001) y que una vez establecida a través del voto, lo sustituirá por un tal poder popular que “no nace del sufragio ni de elección alguna”, sino de la condición de los grupos humanos organizados como base de la población” (Reforma, Art. 136).
De allí que no se debe jugar, por ahora, ni con el santo, que es el poder electoral, ni con la seña que es específicamente el voto y el cual hay que cuidar a toda costa, para que no siga tomando cuerpo una abstención que de insignificante en 1958 llegó hace ya dos años a más del 80%.

¿Quién puede tener un interés concreto-histórico en acabar con el negocio y ficción electoral?

Es la vieja política incapaz de entender que en la medida en que ha aumentado el desencanto-frustración por la llamada democracia, el colectivo ha arreciado en sus protestas contra las reglas de juego que tienen su epicentro en el voto.

En el 98 aumenta la votación porque se impone el rechazo a las fuerzas que refieren un mayor e irrecuperable vacío. Pero ya para el 15/12/99 el rechazo se hace presente y un 55% por ciento se abstiene de votar en el referendo consultivo para la aprobación o rechazo de la constitución bolivariana.

El régimen entendió desde ese momento que debía procurar mantener en alto la confrontación para vender la imagen de una nueva forma en el propio ejercicio del poder. Y en cada una de las siguientes elecciones se procuró su contrario dialéctico y en todas resultó ‘triunfador’.

En el presente cuenta también con su oponente. Y esto permite apreciar la forma como se monta un triunfo electoral. Por una parte la empresa oficialista del voto cuidadosamente financiado, administrado y en plena función , garantizando la estabilidad de la ‘revolución’.

Por otra, el voto de ‘las oposiciones’, descolgado y enfrentado, sin elemento alguno que sirva de catalizador de y para la unidad. De allí que cada día haya mayor dispersión y frentes.

El 15Ag.-04 el colectivo se convence del papel al cual se le ha llevado y de cómo se le ha convertido en simple legitimador del régimen. Ahí surge la decisión abstencionista que comenzó a ser enfrentada el propio 05D-05 cuando el jefe único pone a un lado el 12% que obtuvo en las elecciones para la AN y convoca a la lucha por los 10 millones para las elecciones presidenciales del 03D-06.

‘Las oposiciones’, sin hacer examen público de lo ocurrido, se dan a la tarea de organizarlo todo para ofrecerle al GP su contrario en las elecciones que terminarían de legitimarlo. Y a este respecto el oponente cumplió con todas las exigencias de un buen legitimador: declaró que su derrota se produjo en limpios y transparentes comicios.

En la actualidad la dirección es exactamente la misma: se le proporciona al JU su plano de confrontación para que haga valer todo su potencial en unos comicios de una pulcritud reconocida. Y en ese ‘limpio escenario’, el 02D-07 se producirá el triunfo del Si supuestamente por culpa de “la estúpida abstención”.

Una interpretación perversa e interesada que pierde de vista que esta expresión del colectivo está llena de fuerza-futuro y de posibilidades para construir una historia diferente. Volveremos sobre el tema. abm333@gmail.com

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