¡LA VIOLENCIA SOCIALISTA NOS CONDENA!

El golpista presidente ya no alude a la mentira de la ‘revolución pacífica pero armada’. Entiende que este es un ‘proceso’ definido por una violencia creciente, que constituye la base y fundamento de su ‘socialismo siglo XXI’, que ahora entra en la fase de la ‘intensificación de la lucha de clases’.

El cuadro es cada vez más difícil de desentrañar si no se advierten algunas claves significativas. Hacia ese objetivo están destinados los puntos que siguen.

1.- La confrontación que se desarrolla hoy aquí tiene un rasgo fundamental: frente al polo dominante no existe un verdadero contrario dispuesto para la pelea y el enfrentamiento.

2.- Ante esta realidad, nos conseguimos con unos ‘revolucionarios’ que, en nombre de un tal ‘proceso’ hacen lo que quieren y cómo quieren, a sabiendas de que sus actos no serán enfrentados.

3.- Y es esta ausencia de una auténtica oposición y la proliferación de la política del ‘acuerdo-negociación-complicidad, lo que hace posible que, a lo interno del mismo ‘proceso’, se desarrollen sus elementos de negación.

4.- Una lucha que puede llegar a adquirir niveles de alta conflictividad que conduzca a desprendimientos y despedazamientos.

5.- Por su propia composición política y social, no se podía esperar del ‘proceso’ nada radicalmente diferente a lo que lo origina: la descomposición de la llamada cuarta república y el gran vacío político, ideológico que lanza a la propia militancia del bipartidismo por el camino de un nuevo mesías de y para la salvación.

6.- En este sentido, la llamada quinta república es continuación de la descomposición existente. No hay ruptura alguna con el pasado lleno de populismo-demagogia, corrupción, burocracia y muchas más miserias.

7.- El triunfo del candidato golpista el 06/12/98 no es, como quiere el pensamiento positivista del Movimiento 2D, “una equivocación de la historia” (EN, 07/06/09, p.10), sino el resultado de un proceso de descomposición que aún hoy no ha sido superado.

8.- Este ex-país sigue hoy atrapado por esas fuerzas del atraso y la perversión, con el agravante de que en la práctica se han constituido en una unidad que dirige el bloque propiamente oficialista y que toma la polarización como entidad legitimadora.

9.- Desde esta posición el régimen hace lo que le da la gana. Manipula, controla y guía los pasos de ‘las oposiciones’.

10.- En ese marco, la política del golpe-magnicidio ha sido una constante a lo largo de 10 años de ‘proceso’. Una instancia fundamental, tenida como revolucionaria, que se utiliza cada vez que se necesita llamar o desviar la atención. Todo golpista juzga por su condición.

11.- Se mantiene así el clima de tensión y confrontación que le permite mantener el dominio del cuadro político. El régimen es la estabilidad democrático-revolucionaria y “los otros”, a pesar de ser sus aliados, se estigmatizan como todo lo contrario.

12.- Sin embargo, desde la gran abstención del 15D-99 o la interminable postergación del Referendo Revocatorio Presidencial, desde comienzos del 2003, se tiene conciencia de que el colectivo ya no adscribe las políticas oficialistas. Y esto queda evidenciado hoy ante el enorme fracaso del proceso de reinscripción en el PSUV.

13.- Con la incorporación del más desarrollado plan populista (Círculos, Cooperativas. Mesas, Misiones, Brigadas, Reservas) se trató de salvar el alejamiento del colectivo con ‘la revolución’. La inversión, que llegó a convertir a una buena parte de las FAN en fuerzas compradas, dio muy buenos resultados.

14.- Con el triunfo del 15Ag.-04 por la vía del fraude se inicia el período VENECUBA. Dos revoluciones con el mismo presidente: Fidel Castro. Y cae sobre este ex-país la gran invasión cubana, en todos los espacios de la vida nacional.

15.- Hoy esta maquinaria está consciente de que la ‘revolución bolivariana’, militarista, autoritaria y de claro corte totalitario, no podrá mantenerse a partir de una verdadera base de apoyo político e ideológico.

16.- La militancia del ‘proceso’ en su conjunto no distingue entre el llamado modelo democrático y el socialista. Sólo apostó a la promesa de mejorar su situación económica y social.

17.- Pero cuando advierte que no se concretan los ofrecimientos, se desilusiona. Y en medio de su frustración empieza la retirada. A lo lejos quedan los tiempos del ‘Con hambre y desempleo, con Chávez me resteo’.

18.- Esto es lo que ocurre con el llamado a la reinscripción en el PSUV. El objetivo es llamar la atención a quienes obtienen un beneficio-tarifa de que deben cumplir religiosamente con el voto para que no ocurran situaciones como las de las últimas elecciones.

19.- En un mes de inscripciones sólo acude un 20%. Por primera vez la gente se atreve a correr riesgo y se niega a tener militancia en el partido de un gobierno que no cumple.

20.- Pero esta crisis saca a relucir la que cabalga a lo largo y ancho de la organización: los frentes o grupos enfrentados al mejor estilo Caín y Abel. Y ante este desafío la superioridad no puede menos que apelar a la amenaza: o permanecemos unidos o los golpistas pueden aniquilarnos.

21.- Y esto se completa con la decisión ya tomada de impulsar la violencia y con ello lograr la radicalización del proceso. A lo interno del PSUV ya hay posiciones encontradas sobre la violencia.

22.- Ante esto Antonio Aponte, la suma ideológica del movimiento, señala que el nivel de la lucha de clases le permite anunciar que el enfrentamiento será cada vez más cruento. Y por ello, concluye, “Nosotros nos sentimos complacidos de ser acusados de incitar a la violencia.” ( VEA, 07/06/09, p.09).

23.- Un discurso plenamente compartido por el GP para quien desde un inicio la salida a la crisis venezolana es violenta. De modo que el anuncio de golpe y magnicidio forman parte de los necesarios elementos de simulación de que debe disponer la ‘revolución’ para justificar arremetidas represivas salvadora de los valores democráticos.

24.- Queda claro a estas alturas lo que tanto hemos dicho: este régimen sólo podrá mantenerse por la vía represivo-dictatorial. Por ello, el aparato de violencia VENECUBANO, con muchos más integrantes particularmente interesados en esta ‘revolución’, crece y crecerá cada vez con mayor fuerza y decisión. Todos estamos condenados por la violencia socialista.

25.- Y ante este cuadro violento, dispuesto para imponer el socialismo vía el comunismo, como ocurre en todas las experiencias del atraso y la derrota del siglo pasado, se hace cada vez más urgente la convocatoria y la organización de un movimiento que tenga como actor central la sociedad.

26.- Pero no un movimiento cocinado otra vez bajo los viejos espectros de una política caduca, sino que surja del colectivo, de manera horizontal, para comenzar a dar respuesta a quienes se mueven en una u otra dirección, para canalizar el creciente malestar hacia la obtención de sus propios beneficios. Y esto significa, en definitiva, romper con los dos monstruos de la destrucción. abm333@gmail.com

El Universal, 12 de junio del 2009.