martes, julio 01, 2014
LUIS MANUEL AGUANA - ¿CAMBIAMOS AL PAÍS O CAMBIAMOS AL GOBIERNO?
EL PODER
CONSTITUYENTE
¿CAMBIAMOS
AL PAÍS O CAMBIAMOS AL GOBIERNO?
Luis Manuel
Aguana
Intervención en la Cátedra Pío Tamayo de
la UCV
el 30-06-2014
Una vez más mi agradecimiento a la
Cátedra Pio Tamayo y al Prof. Agustin Blanco Muñoz por la gentileza de
convocarme a debatir estos temas de importancia para el país.
El titulo del Foro de hoy “¿Cuál es la
salida a la situación actual?” a mi parecer no es la pregunta correcta. Las
preguntas correctas son las que llevan a las respuestas correctas. La salida a
la situación actual debería ser la consecuencia de una serie de acciones que
debimos iniciar los venezolanos desde hace muchísimo tiempo y que han producido
metástasis en el cuerpo social y político de nuestro país, como bien lo ilustra
la caricatura de Weil estampada en la convocatoria a esta conversación.
Yo ensayaría las siguientes preguntas
“¿Tenemos los venezolanos el adecuado sistema de organización política e
institucional, capaz de enfrentar las complejidades del mundo moderno, y a la
vez producir desarrollo y bienestar?”. O mejor esta otra “¿A estas alturas de
nuestro devenir histórico es posible pensar que un sistema centralizado de toma
de decisiones basado en la figura de un líder único, llámese, Chávez, Capriles,
María Corina, Leopoldo López o cualquiera, puede resolverle a los venezolanos
todos sus problemas, esta vez con mucho menos dinero del que tuvimos en el
pasado, con una complejidad administrativa multiplicada de manera
exponencial?”…
Decía en una nota que publiqué hace poco
que si, por ejemplo, hay un sistema que le da la responsabilidad a un portero
para que administre la agenda de reuniones de un Ministro, este solo terminará
atendiendo a quienes el portero desee. Incluso invariablemente llegará al
extremo de cobrar por ver al Ministro. Entonces, no es el portero quien tendrá
la culpa que el Ministro no vea a quien deba o sea ineficiente en su gestión
sino a quien se le ocurrió la tremenda idea de un sistema donde el portero
administra la agenda de reuniones de un Ministro.
Y eso es exactamente lo que está
ocurriendo en Venezuela. Todo el sistema de relaciones de poder está obsoleto,
dañado y muy corrompido, y no es capaz de satisfacer las necesidades del país,
independientemente de quien lo conduzca. Y esto no es desde ahora sino desde
hace muchos años. Y este sistema empezó a hacer aguas desde que los venezolanos
no entendieron las señales de que estaba necesitando a gritos un ajuste y se
ignoró deliberadamente o por negligencia criminal.
Una señal significativa fue el Caracazo.
Al utilizar las elecciones de Gobernadores y Alcaldes de 1989 como válvula de
escape a la presión de la población, se le vendió a la gente la ilusión de
“control político” del país. Nunca se soltaron los recursos y siempre quedo a
la discrecionalidad del Ejecutivo el desarrollo regional y nacional. La
corrupción hizo el resto cuando los ingresos subieron. Teníamos Gobernadores y
Alcaldes electos pero sin poder resolver los más mínimos problemas de sus
comunidades.
Surge entonces una nueva excusa: “no me
bajan los recursos”. Un ejemplo: en el 2014 del total del Presupuesto Nacional
de BsF. 552.632,6 Millones solo corresponde al Situado Estadal y Municipal BsF.
88.024,00, esto es el 15,92% de los ingresos totales del país. Óigase
bien, lo que ADMINISTRAN realmente los gobernadores y Alcaldes para resolver
los problemas de la gente es solo el 15,92% de lo que ingresa al país, y eso
cuando se los entregan. El restante 84,08% queda a la discrecionalidad de una
persona, el Presidente de la Republica. El Presidente decide si le
entrega o no los recursos a los Estados en obras o servicios. Todo esto sin
contar con los reales que le han sustraído a PDVSA y administra directamente el
Presidente enviándoselo a otros países y a las Misiones del gobierno sin ningún
control. Ni siquiera en la empresa familiar más modesta ocurre nada semejante.
Ningún país puede funcionar así.
Y esto es solo una pequeña parte del
problema. Existen otros igual de grandes como los de la administración de la
justicia. ¿Sabían ustedes que los Pranes de la Penitenciaría General de
Venezuela en San Juan de los Morros asignan los CUPOS de la Universidad
Experimental Romulo Gallegos? Las madres van a entrevistarse a la cárcel con
los Pranes para negociar cupos para sus hijos en la Universidad. La perversión
en su nivel más extremo. Esa cárcel no depende del Estado Guárico de ninguna
manera pero afecta la vida de esa gente. Si la justicia no está donde pasan las
cosas, no está en ningún lado. Tenemos que cambiar eso.
Entonces, si los venezolanos creemos que
porque se vaya este régimen y venga “la democracia” nuestras condiciones de
vida cambiaran significativamente, manteniendo este sistema de hacer las cosas,
nos estamos engañando de una manera ingenua, por decir lo menos. En poco tiempo
volveríamos al caos de 1998. El problema a debatir entonces es cual sistema
debemos diseñar y construir para que pueda existir una Venezuela viable y de
futuro.
El planteamiento del Proyecto País
Venezuela Reconciliada va mucho más allá que descentralizar funciones. Va en el
sentido de empoderar, vía la construcción de un verdadero Pacto Federal, a las
regiones diseñando un nuevo sistema de relaciones de poder donde cada región y
sus habitantes decidan su futuro de acuerdo a sus potencialidades, haciendo
valer sus Constituciones Estadales para poder sostener las responsabilidades
que involucran la administración real de los recursos que les corresponden.
Explicamos en 12 Ejes del Desarrollo
cual podría ser esa Venezuela del futuro que hay que construir. Es obvio que
una nueva estructura de poder regional y federal, con un Senado, un Poder
Parlamentario fuerte, un Presidente y un Vice Presidente Electos con doble
vuelta, y una distribución regional y federal del ingreso nacional, no se
corresponde con la estructura constitucional que existe en la actualidad. Y es
por eso que la vía debe ser constitucional al convocar a una Asamblea Nacional
Constituyente.
Ahora bien, explicado lo anterior, que
las razones que nos mueven a un cambio constitucional no son ni pueden ser
“salir de Maduro y el resto de los Poderes Públicos” ¿cómo llegamos a eso?
Primero que nada, explicándole al país lo que deseamos hacer, como lo estamos
haciendo ahora. La respuesta de las regiones que hemos visitado ha sido
inusitadamente abrumadora: ¡¡¡¿¿¿Qué hay que hacer y donde hay que firmar???!!!
Pero las respuestas no son simples. Hay
que explicar también que el cambio hacia un nuevo país y una nueva manera de
hacer las cosas se fundamenta en dos principios consagrados en la Constitución:
El Art. 5: “La soberanía reside intransferiblemente en el pueblo…”, y el
Art. 347: "El pueblo de Venezuela es el depositario del poder
constituyente originario. En ejercicio de dicho poder puede convocar a una
Asamblea Nacional Constituyente con el objeto de transformar al Estado, crear
un nuevo ordenamiento jurídico y redactar una nueva Constitución". Esto último es una bomba atómica para
cualquier régimen.
El Artículo 347 es hijo de la sentencia
de la antigua Corte Suprema de Justicia que le dio a Chávez el poder de
convocar una Asamblea Nacional Constituyente sin estar contemplado en la
Constitución de 1961. La regla de los constitucionalistas funciona aquí como
funcionó en 1999: “El Poder Constituyente de hoy no puede condicionar
el Poder Constituyente del mañana”. O dicho de otra manera el Poder
Constituyente de 1999, no puede atar el Poder Constituyente que podamos invocar
hoy. Hoy podemos invocar al Poder Constituyente para hacer una nueva
Constitución como se hizo en 1999, pasando por encima de la realizada por
Chávez y sus Constituyentes electos por unas reglas tramposas, pero ahora sin
la necesidad de una decisión de ninguna Corte porque ahora está establecido en
la Constitución. Lo que es bueno para el pavo, también es bueno para los
pollos.
Si el Pueblo es el depositario del Poder
Constituyente Originario, no puede en ningún caso el Poder Constituido definir
las reglas para su convocatoria ni su elección, así sea convocada incluso por
el propio Presidente de la República, en cuyo caso deberá someter a la
consideración del soberano las reglas con las cuales ellos plantean su
convocatoria. Y aun así, es discutible el contenido de esas reglas ya que el
proceso es constitucionalmente inédito, pudiendo nosotros también plantear las
nuestras, contadas de manera transparente y auténtica.
En este sentido, planteamos una
convocatoria de al menos un 15% del Registro Electoral acompañada con las
reglas o Bases Comiciales donde los propietarios o dueños de la soberanía
ordenan la manera en cómo se conducirá ese proceso, incluyendo la instauración
de un Tribunal Electoral que establezca, por ejemplo, una auditoría
independiente del Registro Electoral, escrutinios manuales de todos los
sufragios constituyentes, en estricto apego y respeto a la Representación
Proporcional de las Minorías, con la especificación técnica de cuantos
Constituyentes serían electos y en qué regiones del país, así como las normas
de funcionamiento de esa Asamblea, y toda normativa que nos garantice la
transparencia del proceso. En otras palabras Elecciones Auténticas de esos Constituyentes.
Obviamente eso no será fácil. El régimen
se negará a eso como ya lo han manifestado, así como ya lo han hecho también
representantes de la oposición oficial. Este planteamiento es la sentencia de
muerte de ambos y el renacimiento del país en manos de sus actores naturales,
los ciudadanos. La diferencia aquí estriba en una sola cosa: la lucha tendría
un sentido y un propósito para todo el mundo. El pueblo soberano depositario
del Poder Constituyente Originario quiere establecer unas reglas transparentes
e imparciales para contarse y dirimir sus diferencias en paz y no se lo está
permitiendo el Poder Constituido que desea quedarse en el poder para instaurar
una dictadura comunista. ¿Quién en el mundo nos puede negar eso? Entonces hay
que pelear esa Constituyente en las calles con un propósito. Esa es la
definición, a mi juicio, de la llamada Constituyente de Calle de esta Cátedra.
Entonces no saldríamos pacíficamente a
las calles buscando “sacar a Maduro” o a cualquier títere que pongan los
cubanos, ni a pedir su renuncia, sino buscando un mejor país y un mejor sistema
de gobierno para los venezolanos, de una manera soberana, sin injerencias
ideológicas foráneas de ninguna naturaleza, basados en el sueño del país que
deseamos y su forma de gobierno. Los venezolanos no nos merecemos menos que
eso.
Caracas, 30 de Junio
de 2014
Twitter:@laguana
Audio en https://soundcloud.com/laguana-1/el-poder-constituyente-cambiamos-al-pais-o-cambiamos-al-gobierno
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