jueves, noviembre 21, 2013

¿GUERRA DE LADRONES CONTRA LADRONES?



 ¿GUERRA DE LADRONES CONTRA LADRONES?
                                                        
Agustín Blanco Muñoz

En un inicio nadie en la República del Asalto lo podía creer. Las pandillas de ladrones, cínicos, desarmados en lo ético y moral que llegaron al mando-poder en medio del profundo vacío que generaron  gobernantes incapaces y corruptos, que se hacían llamar Reyes de la Democracia, procedían ahora, a actuar como sus predecesores.

En un febrero de fines del siglo XX ellos vieron como la gente de abajo y del medio procedió a levantarse en plan  de asalto contra las medidas económicas que implantó el Mesías de turno, en un desmedido afán por salvar su patria de un estallido social.

Pero su mensaje no fue entendido y el levantamiento fue inmediato. Y  al poco tiempo su propia cabeza casi que rueda ante el despliegue de las bayonetas de quienes se presentaban como verdaderos demócratas, que venían a imponer el orden, la paz y el progreso a partir de los sagrados lineamientos revolucionarios. 

Y ya para el 02-99 comenzó un período que sería la envidia de las generaciones que fueron, han sido y serán. Llegó a palacio la propia renovación del viejo pero nunca  gastado robo oficialista. Un modo de gobernar que no estaba dispuesto a experimentar cambio alguno.

Su consigna aludía a la liquidación de la institución del robo que se desplegó democráticamente durante 40 años. Y en ese arte  se trató de innovar, llevar el asalto  republicano a nivel de autónomo, independiente y soberano.

Y eso significa que los capitales obtenidos con el magno esfuerzo del neo-ladronismo sólo  serían compartidos con los miembros y cómplices del proceso. Quedaban excluidos los anteriores beneficiarios, pero se utilizarían los mismos procedimientos, repotenciados por la dimensión de la riqueza petrolera.

Para la República del Asalto era importante que este oficio sólo estuviera en manos dignas, decentes, honestas, soberanas y revolucionarias. Sin embargo, desde un comienzo, se coló gente indebida que ha llegado incluso a enriquecerse a niveles nunca vistos. 

Por ello ahora se están habilitando medidas para controlar el robo venga de donde venga, esté donde esté. Aquí nadie va a seguir robando como le dé la gana usando la diestra y la otra. Eso se acabó. Ahora se robará ordenada y legalmente. Y lo más seguro es que sólo podrá ejecutarlo quien esté debidamente preparado y aconsejado por los Supremos Comandos de Venecuba.

Y no ha faltado quien diga equivocadamente que el gran problema radica en el enfrentamiento o guerra de ladrones contra ladrones.

Un planteamiento errado  porque en este caso específico en lugar  de guerra hay en inicio un abierto aplastamiento. Es tal el poderío y contundencia de los ladrones del Alto Comando  que  no hay rival que le pueda aguantar la mecha. Y mucho menos si se tiene en cuenta que es una maquinaria con conexiones nacionales e internacionales.

Y así se comenzó por montar un operativo en la provincia de Dakaluna que resultó heroico e imperecedero. Y luego se lanzó  uno de suavidad contra una comunidad de comerciantes que resultó pataruca en el mantenimiento del nivel y clase para el robo.

Resultaron unos pobres ladrones con capacidad para actuar a nivel de precios especulativos contra la gente necesitada en medio de una inflación sin precedentes y una de las mayores de los hemisferios oriental y occidental. Pero no para enfrentar al Gran Comando del Robo. Y por ello de inmediato se plegaron.

Y materialmente pidieron hacer cola para entenderse con los dueños del circo de los ladrones y acomodarlo todo en familia, aunque sin perder de vista que hay una familia mayor y otra menor.

Los acuerdos fluyeron y siguen fluyendo uno a uno. Y lo que en principio se vio como una guerra entre ladrones, se ha venido convirtiendo en un diálogo entre diferentes niveles de la misma calaña, para decretar el cese de hostilidades y que se reconozca que en la  República del Asalto   el robo es propiedad exclusiva de las fuerzas transformadoras y revolucionarias y que lo demás viene después. El robo sólo puede hacerse socialistamente.

Pero llegado ese momento, los ladrones mayores, ya sin competidores, transfirieron la imagen y la propia acción ladrona a los otros, a quienes se les acusa directamente de asaltantes. Y es así como el ladrón mayor se limpia o pretende hacerlo con el “robo menor”.

Y llama la atención que sólo al principio  se levantaron muchas voces opositoras en defensa de los ladrones de segunda, pero cuando vieron que se acordaban con el régimen, incluyendo en esto a firmas del “imperio mismo”, se redujo el asunto a una defensa de voces aisladas.

Mientras, el régimen hizo posible que pasaran a segundo plano cosas esenciales. En general no se refiere lo relacionado con una República del Asalto que ha puesto la producción a un lado para seguir el juego de las importaciones que es la fuente de robo para oficialismo y particulares. Ni es denuncia de primer plano el rocadivismo oficial y su cómplice extensión  a particulares.

Por su parte los acaparadores-especuladores particulares del dólar hoy no lo exhiben por el temor a medidas represivas. El dominio total del asunto está ahora en manos del Estado-Petróleo. Y por eso muchos se preguntan si la mayor parte de los mercados actuales pasarán al Alto Comando de la República del Asalto.

Y ante el anuncio de una supuesta y creciente escasez  es obligado recordar que en los acuerdos inter-ladrones  muchos comercios pasarán a manos del Comando quien a su vez los hará surtir por chinos, brasileros, argentinos, alba.

La idea es asegurar un control cada vez mayor de la población. El proveedor de alimentos y servicios tendrá día a día un mayor número de afiliados. Y a esto habrá que sumar la legión de tarifados al servicio incondicional de la República del Asalto.

Y por este camino avanzará ese proyecto de la destrucción. El próximo paso tiene que ver con la orden que dejó establecida el Comandante  Supremo  de impulsar y profundizar  el comunalismo que  termine de liquidar los vestigios de democracia que alguna vez  asomaron.

Y así, la República del Asalto Venecuba se consolidará y mantendrá sin problemas terminales mientras no aparezca  un  verdadero contrario del actual régimen, que hizo de esta realidad un simple,  lamentable y trágico expaís.  Sin embargo, la Constituyente de calle y el Movimiento de Movimientos (MdM) avanza. ¡Qué historia amigos! T: @ablancomunoz // abm333@gmail.com

El Universal, 22 de noviembre del 2013.



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