HACE UN AÑO el GP comenzó a hablar de algo que declaró no conocer en Habla el Comandante (Caracas, 1998). Hoy percibe el socialismo como una especie de quincalla donde todo cabe. Por ello en su Aló del 23/10/05 señaló que está en construcción un ‘socialismo nuevo’, fresco, solidario, bolivariano, robinsoniano, democrático, republicano, cristiano, generoso, donde quepamos todos y podamos construir un proyecto alternativo al capitalismo. Porque el socialismo es el reino de la igualdad mientras que el capitalismo es desigualdad, odio, violencia. Por esto aquí se planifica construir la igualdad en libertad. El bochinche mental no puede ser mayor.
Para sus creadores, el socialismo significa la toma del poder por parte del proletariado. A partir de ese momento rigen los intereses y punto de vista de esa clase, la cual, en medio de la lucha prevaleciente y un Estado de instituciones burguesas, que se extinguirían progresivamente, ejerce su dominio en términos de ‘dictadura del proletariado’. ¿Pero en qué parte del mundo ha tomado el poder la clase obrera?
En Rusia, China, Vietnam, Corea, Cuba o Yugoslavia asume el poder ‘una representación’, no la clase ‘en si y por sí misma’. Con el leninismo se inicia la ‘representación’. Desde entonces ‘el dirigentismo-vanguardismo’ tuvo claro que las masas debían servir de base al poder que se había creado en su nombre, independientemente de que en la ‘presente etapa y por razones táctico-estratégicas’, no se les favoreciera como aspiraban.
EL ESTADO PASARÍA a apropiarse de los medios de producción y a aumentarle los beneficios a los explotados. Pero esto no ha ocurrido. Persiste el Estado burocrático capitalista que se hace llamar y se comporta como “socialista”. Desde entonces el “socialismo” es un disfraz que, con el apoyo del proletariado, da continuidad a las estructuras feudales y capitalistas de explotación. Por ello, ninguna de las llamadas ‘revoluciones’ registra un modo de producción, distribución y vida distinto al capitalista.
Aquí las voces del régimen parten del marxismo manualista para señalar los pasos que dará la ‘revolución’, para construir un Estado en el cual las relaciones de producción se establezcan entre la clase que se supone que ha asumido el poder y el Estado de la nueva burocracia-acumulación.
EN VENECUBA HOY no está planteada una tal transformación revolucionaria sino un socialismo capitalista de Estado, que no tendría limitaciones ideológicas, políticas o sociales para alcanzar sus metas de acumulación. El capital se junta por igual a gobiernos o desgobiernos que le garanticen su expansión. Mientras el colectivo seguirá pagando el sacrificio que significa construir un disfraz de socialismo en cuyos beneficios no está incluido, más allá del célebre espejito-engaño de los invasores.
La tal revolución, a estas horas, es una de las grandes trampas que ha montado y hecho suya la dominación, para arrastrarnos hacia el fortalecimiento de un Estado destructivo-delincuente-represivo-criminal, que ahora actúa en nombre de un socialismo igualitario y humanístico que nadie conoce hasta el presente. ¿Asistiremos confiados e impasibles al matadero social-capitalista-revolucionario? abm333@gmail.com
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